sábado, 9 de julio de 2011

ETAPA 6: ARZÚA - COMPOSTELA

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El Camino Primitivo en Bici: Oviedo - Santiago de Compostela

(Clicar en cada imagen para ampliarla)

- Lugares de paso: 1. Arzúa - 2. O Pedrouzo (Polideportivo) - 3. Alto de Lavacolla - 4. Monte do Gozo - 5. Catedral

- Longitud: 39 Km. - Hora de salida: 08.20 h. - Llegada: 12.05 h.
- Desnivel acumulado en subidas: 738 m.
- Altitud inicial: 385 m. - Altitud final: 255 m.
- Altitud máxima: 423 m. - Altitud mínima: 251 m.
- Nivel de dificultad: 0 - 1 - 2 - 3 - 4 - 5 - E
- Para descargar y ver el recorrido con Google Earth: Clicar AQUÍ


Domingo, 29 de mayo de 2.011: Y la guinda... en plato de postre.

Cielos despejados y buena temperatura durante toda la jornada

Hoy nos levantamos algo más temprano que de costumbre. Estábamos decididos a llegar a Santiago con tiempo suficiente para cumplir con los requisitos de todo peregrino y darnos una ducha antes de comer. Sabiendo que el tramo final no tiene grandes dificultades, veíamos factible recorrer los últimos 40 km a un buen ritmo, y a esa tarea nos encomendamos.

Al recoger las bicicletas nos encontramos con la sorpresa de tener que reparar una rueda pinchada,  pero poco después de las 8 ya estábamos en marcha, saliendo de Arzúa por la Rúa do Carme y en busca de un lugar para desayunar que nunca apareció. Iniciamos la bajada para llegar al Rego das Barrosas pidiendo paso para adelantar a los primeros peregrinos, lo que en adelante se repetiría de manera habitual. En este tramo volvimos a coincidir con el grandullón de Melide, que seguía su ruta en busca de una prima. Había pasado noche en Arzúa, pero iba cabreado porque no le habían reservado plaza en un albergue ¡Malditos guiris que lo ocupan todo!

El perfil del terreno es suave, y alternando entre pequeños bosques, prados y plantaciones de maíz, vamos dejando atrás las aldeas de Pregontoño, A Peroxa y Tabernavella. Por fin nos detenemos a desayunar en Calzada, en un moderno complejo hostelero que estratégicamente han construido a la vera del camino para dar servicio a los muchos peregrinos que recorren la ruta. A estas horas ya hay quien se toma un respiro en la terraza aprovechando los primeros rayos de sol.


Aunque la mayor parte de las veces mantenemos una cierta distancia con la carretera, la ruta avanza en paralelo a la N-547. En la zona abundan las repoblaciones de eucaliptos, que se suceden entre los pastizales en que pastan tranquilas las vacas. Las pistas son francas, y recorremos A terra do queixo sin detenernos más de lo necesario. Boavista, Salceda, O Xen, Ras, Brea y O Empalme van quedando atrás, y de vez en cuando surge algún peregrino que aplica su ingenio en algún método curioso para no cargar más peso del necesario.


Se respira un ambiente de tranquilidad en esta mañana de domingo y, mientras pasamos, junto al itinerario van quedando a un lado un par de monolitos dedicados a la memoria de ciertos peregrinos que han ido falleciendo sin llegar a su destino. Menos mal que son muchos más los que consiguen su objetivo final. Sería una auténtica tragedia recorrer los últimos kilómetros contemplando la crónica necrológica de los que nunca podrán volver a intentarlo.

Vídeo de César con imágenes del Camino (Zóupalle ó play)

Una larga bajada entre eucaliptos nos lleva ahora hasta el cauce del Rego do Burgo, pasando por delante de la Ermita de Santa Irene con su fuente barroca de augas milagreiras. Tras cruzar un par de veces la carretera, pasamos por A Rúa, bordeamos O Pedrouzo a la altura del polideportivo escolar, y nos internamos en la ladera del Monte do Grilo, avanzando por una zona de bosque que nos conduce entre riachuelos por las aldeas de San Antón y Amenal.

En el puente que cruza el Rego Amenal comienza la principal dificultad de la jornada. Algo más de un kilómetro y medio de subida con una pendiente exigente y sostenida hasta alcanzar el Alto de Lavacolla, en la entrada misma del Concello de Santiago y junto a las pistas de su aeropuerto.



Después de rodear la cabecera del aeródromo por una senda de tierra, en San Paio volvemos a entrar en una pista de asfalto, que ya no nos abandona hasta el final de la etapa. En Lavacolla pasamos junto a la Iglesia de San Paio bordeando su escalinata de piedra, y superamos el puente de madera que salva el Rego de Lavacolla, donde la tradición dice que los peregrinos han de dejar todas las impurezas del camino para presentarse aseados ante la figura del apóstol. Lo curioso es que, en ese momento, una señora lavaba allí la ropa a la manera tradicional, arrodillada e inclinada sobre una piedra que le servía de fregadero.



Nos queda aún una última subida hasta Vilamaior, para entrar después en un tramo de rectas que, pasando junto a los centros emisores de la TVG y la TVE, noa acerca hasta San Marcos, ya casi un barrio residencial más de la ciudad, que termina en la entrada posterior del complejo del Monte do Gozo, junto a la pequeña Capilla de San Marcos, donde ponemos el último sello en nuestras credenciales de peregrino.

La parte más alta está coronada por un gran monolito de dudosa estética, levantado con motivo de la visita de Juan Pablo II a la ciudad en 1.993, año Jacobeo. Desde aquí se puede contemplar que la ciudad compostelana está a tiro de piedra, pero muchos peregrinos se llevan una desilusión cuando comprueban que no se ven las torres de la catedral, como equivocadamente repiten algunas guías poco informadas.



En la bajada nos desviamos por la carretera para evitar la escalinata por la que continúa el camino, y llegamos al Barrio de San Lázaro después de atravesar la autopista, el cauce del Río Sar, la vía férrea y la autovía de circunvalación. Por una larga avenida se rodea después el Barrio de Fontiñas y, al llegar a la Avenida de Lugo, entramos por fin en las calles de la ciudad.

Siguiendo por la Rúa dos Concheiros y la Rúa de San Pedro pasaremos junto al Convento de Santo Domingo de Bonaval antes de entrar en el casco antiguo por la desaparecida Porta do Camiño.



Las calles se estrechan ahora entre las piedras históricas de esta ciudad Patrimonio de la Humanidad. Avanzamos entre ilustres y añejos edificios por la Rúa das Casas Reais, la Praza de Cervantes y la Rúa da Acibechería hasta la Praza da Inmaculada, limitada a un costado por la fachada Norte de la Catedral (Porta do Paraíso) y al otro por el Convento de San Martín Pinario. Sólo nos queda cargar a hombros las bicicletas para descender por las escaleras que, pasando bajo el Arco de Gelmírez, nos dan entrada a la concurrida Praza de Obradoiro.

Esta foto fue posible gracias a Ana, que se encontraba allí en ese momento.

Y aquí, a las 12.05 h. del mediodía, frente a la fachada principal de la Catedral de Santiago de Compostela, finaliza una aventura que quisimos iniciar en el mismo lugar y siguiendo el mismo itinerario por el que, en un día ya lejano, el rey cristiano Alfonso II el Casto se desplazó, acompañado de un importante séquito, a dar fe en persona del importante hallazgo que serviría de acicate para consolidar la unidad de sus dominios en la fe religiosa que profesaba: el sepulcro que albergaría los restos del Apóstol.

Con la satisfacción de haber conseguido nuestro objetivo tal y como lo habíamos planeado, pero apenados porque ya no tendría continuidad, recordamos ahora como muy lejanos todos los acontecimientos que durante estos días se fueron sucediendo a un ritmo acelerado. Atrás queda ya la grandiosidad de la ciudad de Oviedo y de sus monumentos históricos, la noche de caballos que pasamos en Salas, el mucho barro antes de Tineo, la caja de los truenos con que nos recibió Pola de Allande, la niebla en el Puerto del Palo, la subida al Alto de La Mesa y la impresionante bajada posterior al Pantano de Salime, la terrorífica ascensión a Fontaneira, la noche de tapeo en la ciudad de las murallas, los muuuuchos sudores que dejamos en el camino... y por supuesto... el suculento chuletón de Grandas de Salime, cuya memoria pervivirá al menos tanto tiempo como los 800 años que ahora se celebran de la consagración de la catedral compostelana, o de los otros tantos que han transcurrido desde que, allá por el Siglo XII, el monje Aymeric Picaud describiese los detalles de su peregrinación a caballo como la primera Guía de Peregrinos. Obra que posteriormente quedó recogida en el quinto y último capítulo del Liber Sancti Iacobi, manuscrito más conocido como Códice Calixtino, que se guardaba en el archivo de la catedral hasta que fue sustraído en fechas muy recientes (acción delictiva en la que declaramos solemnemente no tener la más mínima responsabilidad).



Como en las ciudades por las que pasamos anteriormente, los Indignados del 15-M mostraban su descontento permaneciendo acampados en medio de la plaza. Rodeando sus tiendas de campaña nos dirigimos hacia la Rúa do Vilar, y en la Oficina del Peregrino entregamos nuestras credenciales con los sellos que se van estampando en los distintos albergues de paso, esta vez un tanto vacías, para poder recibir el documento que acredita la peregrinación a Compostela.

Con la satisfacción de haber conseguido nuestro propósito, continuamos nuestro camino paseando plácidamente por las calles de la ciudad, pero ahora a pie, disfrutando de una plácida mañana de domingo. Más tarde, cuando emprendimos en el tren nuestro último trayecto de regreso a casa, no pudimos resistir el efecto de la relajación que comenzó a invadirnos poco a poco, hasta que terminamos cayendo en un profundo sueño...




























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10 comentarios:

Nando dijo...

Enhorabuena por esa narración y por la aventura que habeis realizado.
Estaremos esperando con ansiedad la nueva seríe de relatos de rutas ciclistas.

Isabel y Paco dijo...

Os felicito , en primer lugar por ese bonito camino y en segudo lugar por la narración de vuestras aventuras y desventuras , que ayudará a futuros peregrinos como a nosotros ha hacernos una idea de que encontraremos a nuestro paso por tierras asturianas y gallegas.
Si todo sigue como está planificado el dia 2 de Septiembre empezaremos este bonito camino.
Lo dicho, enhorabuena y a por el siguiente.

IÑAKI dijo...

magnifico camino ....me alegro muchisimo por todo lo que habeis pasado ...como digo yo...otra aventura mas......

una cosa mas...ese chuleton como estaba.....jajaajaja

Anónimo dijo...

Un camino genial. Este verano lo vamos hacer en Julio pero intentaremos etapas algo mas cortas ¿algun consejo?

Miguel Aradas dijo...

¡Que lo disfrutes a tope!

@ngel - Yo Mateix dijo...

Espero que desde esa visita ya hayáis descubierto desde donde sí se ven las torres de la catedral... ;-)

Fercho dijo...

Excelente narración, da gusto leerla. A finales de este mes la haré con un amigo y ya llevaremos una buena idea de lo que nos espera. Felicidades.

Fercho dijo...

Excelente narración, da gusto leerla. A finales de este mes la haré con un amigo y ya llevaremos una buena idea de lo que nos espera. Felicidades.

Anónimo dijo...

Bonita aventura espero realizarla el año que viene.
Con respecto al monte do gozo comentarte que el monumento esta detras a unos 500metros del que comentas son dos estatuas de peregrinos contemplando la ciudad y si se ven las torres de la catedral.

Anónimo dijo...

https://www.google.es/url?sa=i&rct=j&q=&esrc=s&source=images&cd=&cad=rja&uact=8&ved=0ahUKEwjnxsydzqLNAhXH7RQKHXvgCNwQjRwIBw&url=http%3A%2F%2Fwww.galiciaenfotos.com%2Fmirador-del-monte-do-gozo%2F&psig=AFQjCNFGc3QbSXLALZagAHO6QtnVePjl2Q&ust=1465825116381032