miércoles, 20 de mayo de 2009

6ª ETAPA: Carrión de los Condes - León

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- Distancia recorrida: 105 Km.
- Hora de Salida: 08.35 h.
- Hora de Llegada: 17.45 h.
- Puertos con dificultad:
- Lugares de paso: 1. Carrión de los Condes - 2. Calzadilla de la Cueza - 3. Sahagún - 4. Calzadilla de los Hermanillos - 5. Mansilla de las Mulas - 6. León

Miércoles, 1 de Abril de 2.009 - Frío por la mañana. Sol y cielos despejados

- Desarrollo de la jornada: Para no variar nos levantamos a las 07.00 h. y, tras preparar todo el material, salimos a desayunar a una cafetería próxima al albergue, la del hostal La Corte. Se toman su nombre tan en serio que hasta tiene un "salón del trono" en el comedor, pero nos preparan un buen desayuno, aceite de oliva incluido.

Comenzamos a pedalear cubiertos hasta las orejas, con temperaturas por debajo de cero grados. A la salida del pueblo, tras cruzar el río Carrión nos topamos con el Monasterio de San Zoilo, ahora convertido en hotel, para entrar a continuación en una zona de llanuras inmensas y cultivos de cereal donde escasean los árboles y las zonas habitadas. El sol comienza a abrirse paso entre las nubes plomizas. Domina la soledad y el silencio.














Marchamos a buen ritmo sin encontrar nada reseñable hasta Calzadilla de la Cueza (75 habitantes), excepto que nuestros pies y manos todavía estarán dominados por el frío hasta bien entrado el día. Algún cruce, una nave agrícola, un árbol solitario, grandes pilas de paja, una hilera de chopos... Seguimos nuestro camino hacia el horizonte sin detenernos.













Circulando frecuentemente por tramos de andaderos paralelos a la carretera, iremos dejando atrás pequeñas poblaciones (Lédigos, Terradillos de los Templarios, Moratinos, San Nicolás del Real Camino...), todas ellas de menos de 100 habitantes, hasta llegar a Sahagún, en cuyo albergue municipal pararemos a sellar. También entraría un café con pincho de tortilla, pero hoy no hay unanimidad, y para poco más nos detenemos. En la foto inferior se ve una antigua casa de madera y adobe que todavía sobrevive entre construcciones más modernas.

Seguimos nuestra ruta rodeados por el páramo, pero en esta ocasión abandonamos el Camino, que discurre monótono en paralelo a la carretera, para desviarnos por la Vía Trajana desde Calzada del Coto hacia Calzadilla de los Hermanillos, que cuenta con un moderno albergue.

















Este itinerario alternativo, también llamado Calzada de los Peregrinos, discurre sobre lo que fue una antigua calzada romana y es algo más entretenido. Con un terreno que a veces se ondula y donde predomina el monte bajo, también podemos encontrar zonas arboladas, algún área de recreo y hasta una fuente salvadora... ¡La fuente del peregrino!














Por estos parajes encontramos detenida a una jóven pareja que peregrinaba en bicicleta. Él, desesperado, cambiaba la cámara de una rueda ¡Es el sexto pinchazo en cinco días! Ella, con cara de circunstancias, hacía el gesto de no ser la culpable. Les hablamos del buen resultado que hasta el momento nos habían dado las cámaras antipinchazos que nosotros llevábamos y, como no necesitaban de nuestra ayuda, después de una breve conversación seguimos nuestra ruta. ¡No es mala media, no!

Bien superado el mediodía llegamos a Mansilla de las Mulas, localidad que conserva gran parte de sus murallas medievales. Buen sitio para detenerse a comer. Después de descartar el primero que nos aconsejaron, encontramos un restaurante con una terraza exterior al sol y allí nos prepararon unos potentes bocatas. Como íbamos bien de tiempo, aprovechamos para meter las bicicletas en un lavado a presión, que ya lo iban pidiendo a gritos.




















Con las bicis sonrientes, salimos de Mansilla cruzando el río Esla por un puente de piedra del Siglo XII y recuperamos el Camino, que de nuevo circula en paralelo a la carretera por tierras llanas de cultivo. Por otro puente de piedra, esta vez estrecho y en curva, atravesaremos el río Porma en Puente Villarente. Pasaremos por Arcahueja y Valdelafuente antes de llegar al Alto del Portillo (905 m) desde el que se divisa León a tiro de piedra. Es el punto final de nuestra etapa de hoy.

Bueno, en realidad todo debería de haber terminado así, pero algún "gracioso" se dedicó a pintar flechas amarillas a la entrada de León, seguramente con buena voluntad, y desde el Alto del Portillo nos obligó a hacer una circunvalación por todos los montes que rodean la ciudad hacia el Este, por el camino de los pinos hasta la urbanización de Candamia, donde las flechas desaparecen. ¡Una vueltecilla de nada! Eso sí, el paraje es precioso, lleno de bosques y de pistas para hacer deporte (mountain bike).

Una vez liberados del entuerto, sin entrar al centro de la ciudad nos dirigimos al albergue municipal, edificio de considerables dimensiones situado en la calle de los Campos Góticos, que es además albergue juvenil. Nos dejan una habitación de ocho plazas para nosotros. Tienen lavadora y secadora, además de internet gratuito. Por una vez llegamos con tiempo para salir a hacer unas compras antes de la hora de cenar, aunque alguno aprovechó el momento para echarse una siesta.




















Ya al caer la tarde nos acercamos andando a visitar el centro de la ciudad. Como no se puede tener todo, otra vez llegamos fuera del horario de visitas a la Catedral... ¡Una auténtica lástima! Tenemos que conformarnos con las fotografías de su fachada exterior, al igual que ante la Casa de los Botines, edificio de Gaudí para princesas de cuento.

Como el albergue no tiene hora de llegada, nos resarciremos ampliamente de este fiasco haciendo un detallado recorrido por el Barrio Húmedo, auténtico laberinto de calles en las que abundan bares y mesones. A recomendar... las croquetas "jalisco", que no pican nada... y la "morcilla leonesa" en tostada de pan calentito. Todo ello acompañado de un Ribera del Duero de la casa respectiva. Con César... llevábamos un buen guía.















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1 comentario:

Nando dijo...

Me encanta tu frescura a la hora de relatar el desarrollo del recorrido; lo de las bicis sonrientes es una buena metáfora, enhorabuena
carallo de hermano literato
Ey Carballeira