lunes, 22 de diciembre de 2008

ME TOCÓ LA LOTERÍA

Hoy comenzábamos el entrenamiento para llegar en forma a la fecha en que iniciaremos el Camino de Santiago. Amaneció un día espléndido. Tonos rojizos en el horizonte, cielo despejado, viento en calma, temperatura "fresquita"... Se prometía muy feliz... y así empezó.
Para abrir boca, elegimos el recorrido de las Playas de Arteixo; largo y con escasa dificultad técnica, pero con alguna pendiente respetable. ¡A disfrutar al borde del mar!
Pablo y yo llegamos al punto de reunión inicial justo a las 09.00 h. y al mismo tiempo. Me gusta la puntualidad. Me parece una muestra de respeto por el otro.
Ya sin detenernos, iniciamos la ruta con una conversación animada y haciendo kilómetros según lo previsto. Como conocía el recorrido, yo hacía algo así como de guía. Pablo parecía disfrutar de cada revuelta del camino como el que descubre un paisaje por primera vez. La cámara de fotos nos llamó en más de una ocasión para que la sacásemos de la mochila.
Así, entretenidos y parando de vez en cuando, después de algo más de hora y media llegamos a la playa de Barrañán. Bastante plácida para tratarse de un día de invierno, pero con las olas de un tamaño suficiente para poder pasar un buen rato jugando con ellas.
Ya de vuelta, robamos esta instantánea en la playa de Valcobo, donde acababan de llegar un par de furgonetas con surfistas:
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Seguimos ruta de regreso por el impresionante paseo marítimo de Arteixo. Algún descenso loco, alguna apuesta "a ver quién llega antes a..." ¡Como enanos!
Pedaleando, pedaleando, caímos en la cuenta de que hoy era el día del Sorteo de Navidad ... y de que nos tocó la lotería ... Bueno, para ser más exactos, me tocó a mí ... al calvo ... con su varita mágica ... porque ...
Una vez atrás la playa de Sabón, al iniciar la subida a Rañobre ... ¡Crack! ... el cambio saltó por los aires. Me quedé sin tracción en medio de la rampa. !Mi gozo en un pozo! ¡Menos mal que sólo estamos a 15 km de casa!
Después de analizar la situación, nada halagüeña, desmontamos el sistema para al menos poder rodar empujando la bici (a la que, aunque no me faltaban ganas, nunca llamaré "trasto"; me da muy buenos momentos). Pablo, que tenía que estar de vuelta en casa a una hora concreta, siguió su ruta a regañadientes. Y yo, seguí la mía más despacio; empujando en las subidas, trotando en el llano, montado en las bajadas y armado de paciencia a la fuerza.
Casi hora y media más tarde llegué al servicio técnico para dejar la máquina a reparar. Allí terminaron de rematarme el día... "se ha roto la patilla del desviador. No la tenemos en stock, y probablemente no dispongamos de ella hasta pasadas las fiestas de Reyes".
¡Y yo que me las prometía tan felices para estas vacaciones, en las que parecía que al fin llegaba un paréntesis de buen tiempo! ...
Pues eso, ... ¡la lotería!.
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Pablo, gracias por haber vuelto a buscarme con el coche. ... ¡Eres un Amigo!

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Eres un cenizo,ahora que hace un tiempo cojonudo...Seguro que te la cargaste tú,estabas acojonado cuando te dije de hacer mañana la ruta de Lorbe-Mera.
Por cierto en esa foto parece que te acompaña en jorobado de Notre Dame

Miguel Aradas dijo...

¡Estás en lo cierto, Quasimodo!

Victor dijo...

Menos mariconeo y a darle pedales, que os veo muy flojitos.

Victor

Pablo dijo...

Saca esa foto de Ahí,que parezco..........,me cago en to,sacalaaaaa!!Eso no se la hace a un amigo.Me vengaré!!!!