martes, 9 de noviembre de 2010

Etapa 3: ARTIEDA - SANGÜESA

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Miércoles, 29-09-2010: De Artieda a Sangüesa (34 Km.)

  Cumpleaños feliz

Cielos despejados y temperaturas casi veraniegas


 Amanece en Artieda el día de San Miguel, jornada de huelga general, después de haber pasado una plácida noche en el albergue. Menos mal que la hospitalera respeta los "sevicios mínimos" y nos prepara un buen desayuno. Para celebrar mis 50 otoños me pongo en marcha cuando el sol comienza a despuntar en el horizonte, siempre a mis espaldas, lo que alarga las sombras sobre el camino. Con el terreno todavía frío, cada pisada hace que las piedras del suelo respondan con el mismo sonido que producirían mis pies al aplastar un puñado de corn flakes. No se oye nada más en este principio de jornada, una más en la que disfrutaré del recorrido en soledad.

















Me entretengo silbando o tarareando alguna canción  conocida para ir entrando progresivamente en ritmo de marcha, mientras que a ambos lados del camino se pueden contemplar las curiosas formas producidas  en el terreno por la erosión. Pronto comenzaré a bordear la cola del Embalse de Yesa, que algunos llaman "el mar del Alto Aragón", por un sendero que atraviesa un espeso bosque de robles. En esta zona se encuentran  salpicadas a cada paso multitud de piedras pintadas de azul, que con distintas formas y tamaños quieren simbolizar la oposición de los lugareños al recrecimiento del pantano que se está acometiendo y que dejará sepultadas bajo las aguas las tierras más fértiles del valle, además de ciertos tramos del Camino que tendrán que ser desviados. Metí una de ellas en la mochila con la intención de traerla hasta Compostela.













Pronto llegaré a Ruesta, un pueblo abandonado y cubierto por la maleza que todavía conserva en pie gran parte de los esbeltos torreones de un Castillo del siglo X y la robusta Iglesia de Santa María. La calle principal, jalonada por varios caserones con escudos heráldicos, está cerrada al paso por el evidente riesgo que entrañan sus casas en ruinas. La única construcción habitada resulta ser un albergue, muy bien restaurado y rehabilitado, que pasa por ser el único punto de apoyo a los peregrinos en un radio de 12 Km.












Se abandona este pueblo bajando por un camino empedrado que cruza el Río Regal para comenzar después una prolongada subida que, atravesando la Sierra de Peña Musera por un territorio cubierto de pinos, nos llevará desde el valle del Río Aragón hasta la comarca  aragonesa de Las Cinco Villas. El paisaje cambia aquí por completo, ya que dejamos atrás las laderas verdes y arboladas de su vertiente Norte, que nos ofrecen unas buenas panorámicas dominadas por el intenso azul del embalse, para internarnos en un terreno seco y áspero donde se aprecia a lo lejos la localidad de Undués de Lerda, que cuenta con albergue y alguna casa con portal, escudo y ventanas de aspecto medieval. Tras una larga bajada, antes de llegar al pueblo se atraviesa un tramo de calzada romana y un riachuelo.



En el tramo de 11 Km. que sigue se abandona el territorio aragonés para entrar en Navarra por tierras de secano en un recorrido que se hace monótono hasta llegar a la pequeña ciudad de Sangüesa. A lo largo del día he recibido varias llamadas y varios mensajes deseándome un buen camino y un feliz día de aniversario. Me han alegrado mucho pero, salvo esporádicas conversaciones con algún que otro peregrino con el que ya me había topado en ocasiones anteriores, la ruta es bastante solitaria. Al llegar a la ciudad destaca la esbelta planta de la Iglesia de Santa María la Real, contemporánea de la Catedral de Jaca y del Monasterio de San Juan de la Peña. Románica del Siglo XI, cuenta en su portada con una imagen de San Miguel pesando las almas en el día del Juicio Final y separando a los justos de los pecadores.


Como en la jornada anterior, el albergue municipal está abierto pero todavía sin nadie que lo atienda. No es muy grande y tampoco está muy bien acondicionado pero, aunque alguno se fue a buscar un alojamiento alternativo después de calificarlo como "albergue patera", se llenará pronto. Entre casi todo hombres de las más variopintas nacionalidades hay tan solo una valiente, una mujer entrada en años, que elige una cama discretamente situada tras la protección de un biombo. Los últimos en ocupar plaza son "los cuatro de Puente la Reina", que llegan sobre las cinco de la tarde.

Después de mis tareas obligatorias salgo a hacer una visita por la ciudad y a comprar algo de fruta  que llevar en la mochila para la jornada siguiente. Además de la Iglesia de Santa María me sorprenden sus calles señoriales, entre las que destaca la Calle Mayor, con imponentes  palacios, casonas, iglesias y conventos que dan fe de la dilatada historia de  una villa que cuenta con el mismo fuero que Jaca, otorgado por Sancho Ramírez en el Siglo XII. Detrás de la Plaza de las Arcadas se aprecian los torreones del que en su día fue castillo y palacio de los Príncipes de Viana, donde se celebraban las Cortes Generales del Reino de Navarra.










Buen grupo forman estos cuatro que vienen caminando juntos desde el albergue de Santa Cilia de Jaca  y a los que hoy empezaré a conocer. Los acompañaré en la cena y ellos me acompañarán en mi pequeña celebración de cumpleaños: Jordi y Jose, dos amigos de Barcelona que comenzaron en Somport con la intención de recorrer en cinco días el ramal aragonés del camino. Johan, un holandés que comenzó en el Sur de Francia, que habla inglés, y con el que me entiendo porque, como yo, habla francés "un petit peu". Y Philippe, un francés que echó a andar hace ya más de un mes desde su casa en Lyon. Habla inglés perfectamente y controla bastante bien el español.

Aunque no nos demoramos más allá de la hora autorizada, al volver al albergue ya hay gente durmiendo, pero lo más difícil es "dormir a pierna suelta" en la "posición de la rana" al mismo tiempo que se "ronca como un cosaco", y no despertarse ni con dos disparos de flash que inmortalizan el momento. Esto sólo lo puede hacer... un coreano. ¡Felices sueños!




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4 comentarios:

Be* dijo...

Buenísima la foto del coreano, jajajaja.

Un relato muy bonito, como siempre ;)

Nando dijo...

ya se me hacia largo esperar por la segunda etapa muy bueno. No pude mandar comentari a la primera porque no me aparecían las letras para verificar el mensaje ahora si me han aparecido. La aparición de Paco Rubio debio de ser una gran sorpresa. Hace muchos años que no se nada de él
Un abrazo

Nando dijo...

Ah se me olvidada, la foto del coreano, es una foto de alto riesgo, porque aunque la familia de los batracios, no tiene especimenes peligrosos, un peregrino agotado no debe tener muy buen despertar.

Miguel Aradas dijo...

En aquel momento no sé si era muy consciente del riesgo que corría mi integridad física, aún así, le saqué dos fotos (con su correspondiente flash). Ni se inmutó y siguió roncando "como un campeón".

...Temerario que es uno.