jueves, 4 de noviembre de 2010

Etapa 2: JACA - ARTIEDA

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Martes, 28-09-2010: De Jaca a Artieda (44 Km.)

La huida: Un "monstruo" me persigue

Cielos despejados y temperaturas casi veraniegas

Durante la noche anterior tuve la oportunidad de comprobar que "el monstruo" seguía  "vivito y coleando". A instancias de varios de sus sufridores, la hospitalera le asignó una cama en la planta superior del albergue, que abrió sólo para él, y aunque opuso resistencia, no le quedó más remedio que dormir aislado. A pesar de todo, cuando alguien abría la puerta de nuestro dormitorio durante la noche para entrar o salir a los aseos, se oían perfectamente los ronquidos que venían del piso de arriba. Es imposible que este individuo sea consciente del malestar que crea a su alrededor, de ser así, imagino que se iría a dormir a un hostal.

Para planificar la etapa me quedaban dos opciones: Hacer 26 Km. hasta el albergue de Arrés, como propone la guía que llevo, o seguir hasta el siguiente albergue en Artieda, lo que suponen 18 Km. adicionales. Ante el riesgo de volver a padecer otro "ataque de apnea", mi decisión  me lleva a alejarme todo lo posible. Hay que armarse de valor, hoy toca etapón.

Al poco de comenzar a caminar, cuando todavía estoy rodeando Jaca por el Paseo de la Cantera, me encuentro con una grata sorpresa: Paco Rubio, que viene corriendo en mi dirección sin reconocerme, se detiene cuando le llamo.  Exclamaciones, abrazos, risas nerviosas  de viejos amigos que se reencuentran... En cinco escasos e intensos minutos hacemos un repaso de nuestras actuales circunstancias. El encuentro no da para mucho más, pero me deja un grato "sabor de boca" en este principio de jornada. Nuestros hijos todavía mantienen el contacto después de los años que han pasado...













El terreno de hoy es completamente diferente a las montañas del día anterior. El camino discurre por el amplio valle del Río Aragón, la Canal de Berdún, en paralelo con la carretera que va hacia Huesca y Pamplona. Vuelven a presentarse a mi paso imágenes y lugares que me son muy familiares. La omnipresente Peña Oroel y el Fuerte del Rapitán ya han quedado atrás cuando paso junto al Campamento de Las Batiellas, Santa Cilia, el desvío a Santa Cruz de la Serós y el monasterio de San Juan de la Peña. Poco antes de llegar a Puente la Reina (de Jaca) me encuentro con un curioso detalle que multitud de peregrinos han ido construyendo con sus manos. A ambos lados del camino se acumulan, a lo largo de un buen trecho, miles de montoncitos de piedras ordenadas en forma de pirámide, a modo de los hitos que marcan el camino correcto en los senderos de montaña. En uno de ellos han pintado los colores de la bandera de Aragón. Es digno de ver.












Al pasar junto al puente que atraviesa el Río Aragón en Puente la Reina de Jaca me cruzo con un grupo de cuatro peregrinos que, aunque ahora todavía lo desconozco, en las próximas etapas van a tener gran importancia en el desarrollo de mi particular aventura.

A partir de este momento, el Camino abandona las zonas habitadas y se adentra en un territorio bastante aislado, con escasos núcleos de población y carente casi por completo de albergues, fuentes y demás servicios que facilitan la vida al peregrino. Ésta es quizá la nota más característica de este camino aragonés, en contraposición al camino francés que viene desde Roncesvalles, más mercantilizado, pero también mejor dotado desde el punto de vista logístico.

Bien es verdad que en esta época del año la naturaleza se ofrece en plenitud. Cantidad de frutos y bayas silvestres están ahora disponibles, y con un mínimo de conocimientos sobre la materia, podrán saciar el hambre de cualquier peregrino necesitado. Frutales como higueras y manzanos, pero también arbustos cargados de moras, endrinos, majuelos...  aparecen a nuestro paso.






















Es característica de esta zona que pequeñas aldeas como Arrés, Martes, Mianos... o pueblos como Berdún, se encuentren emplazados en elevaciones que dominan el territorio circundante. El Camino  discurre por el llano y se pueden dejar a un lado o a otro pasando de largo,  lo que aumenta la sensación de soledad y también la desprotección en caso de necesidad.  Pasado el verano, los cauces de agua van casi secos y las fuentes escasean.





















Pronto comienzan a verse las barranqueras de tonalidades grises formadas por la erosión, propias de esta parte del Prepirineo, donde al no crecer la vegetación hacen que el terreno adquiera cierto aspecto de desierto lunar. Es bueno llevar agua en abundancia, porque no hay muchas alternativas para rellenar una cantimplora vacía. En mi caso, confiar en la existencia de una fuente marcada en la guía junto a la aldea de Mianos, que luego nunca encontré, me hizo pasar un mal rato y mucha sed en el último tramo de la jornada, lleno de toboganes hasta llegar a Artieda. Menos mal que en la mochila me quedaba una manzana como último recurso.

Artieda, mi destino final de la jornada, también se encuentra en lo alto de una elevación desde donde se domina gran parte del valle. Al llegar al pueblo, ya en la cima, mi primera preocupación es  saciar la sed en una fuente próxima a la iglesia. El albergue está abierto pero vacío, como el pueblo. Son algo más de las cuatro de la tarde y soy el primero en llegar. Una señora que pasa por allí me dice que vaya eligiendo una cama, que el hospitalero llegará más tarde.











Situado junto a la iglesia, el albergue de Artieda es una antigua casona de piedra bien cuidada, con suelos y techos de madera, y en la planta inferior tiene una especie de bar-tienda-comedor que todavía no está abierto. Echo un vistazo a sus habitaciones y elijo una litera bien situada. A estas horas todavía no he comido, pero parece que en el pueblo no hay otra industria que el albergue y sólo sirven cenas.  No queda más remedio que esperar. Después de una reconfortante ducha me toca lavar la ropa que he usado durante la ruta, ponerla a secar lo antes posible para aprovechar los últimos rayos de sol y echar un vistazo a la etapa que haré mañana. Algo que se irá convirtiendo en un ritual que iré repitiendo mecánicamente cada día del Camino.

Al terminar mis tareas me doy una vuelta para conocer el pueblo y encuentro un par de higueras salvadoras que derrochan sus frutos sin que nadie los recoja. Es tiempo de higos y con el hambre que tengo me pongo "morado". Debe ser "el manto del apóstol" que cuida de mí y me protege. También me entero de que no encontré la fuente que buscaba a la altura de Mianos porque justo en ese tramo han desviado el camino recientemente. Aquí "el manto" todavía no me cubría.














A lo largo de la tarde van llegando como por goteo otros peregrinos que van eligiendo y ocupando su lugar en el albergue, entre otros, el grupo de cuatro que me crucé en Puente la Reina. No fui yo el único que llegó huyendo desde Jaca hasta aquí. Lo confiesan también otros dos que dormirán en mi cuarto. Cuando el albergue se pone en marcha, se organiza una "Cena internacional" con sus once ocupantes. A la misma mesa nos sentamos un holandés, un francés, un matrimonio noruego, dos alemanes y, de entre los españoles, dos catalanes, un navarro, dos madrileños y un gallego. Aparentemente ningún "monstruo".

Son ya más de las 21.30, y a estas horas parece que el riesgo de que alguien no deseado llegue al albergue está descartado. Esta noche dormiré tranquilo. Pondré el despertador para mañana a las 7.


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lunes, 27 de septiembre de 2010

Etapa 1: SOMPORT - JACA

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 Lunes, 27-09-2010: De Somport a Jaca (31 Km.)

Hurgando en el baúl de los recuerdos

Cielos completamente despejados, "rasca" a primera hora y calor agradable a mediodía

Aún no ha terminado el mes de Septiembre pero la temperatura exterior es baja,  ya que a  los 1640 m. de altitud en que nos encontramos no supera los  -3ºC. Antes de las 06.00 h. comienza el movimiento en los dormitorios del Albergue Aysa ¡Pero si no abren el comedor para el desayuno hasta las 08.00 h.! Gente que tiene mucha prisa y poco cuidado de despertar al prójimo. Portazos, cisternas, cuchicheos, golpecitos en la litera... Permanezco guardando la calma, intentando dormir hasta las 07.30 en que puse el despertador, sin conseguirlo (con el paso de los días me iré dando cuenta de que "el raro" soy yo).


Al levantarme me entero de que el monstruo de las profundidades mantuvo intactas sus energías durante toda la noche... ¡Hay que hacer todo lo posible para no volver a coincidir con él en el siguiente albergue! ¡Que le corten la cabeza! También supe que los duendecillos que abrían la ventana por la noche eran dos señoras suizas que resultaron pertenecer también al grupo de las "madrugadoras". ¡Si es que al final todo tiene explicación! Eso sí, cuando se fueron dejaron la ventana cerrada, no fuera a ser que los que estábamos allí cogiéramos un resfriado al levantarnos.


Mi Camino comienza Junto a la frontera francesa, bajando por un sendero que pronto sobrepasa la estación invernal de Candanchú. Poco antes de las 9.00 h. recibo un mensaje de Nando, que me desea "Buen Camino, peregrino". Como era de esperar, la etapa resulta ser tremendamente bonita, sobre todo en la primera mitad, hasta llegar a Villanúa, donde el valle comienza a abrirse  y el sol avanza caldeando el ambiente.  Me vienen a la memoria muchos y muy buenos recuerdos, lugares muy familiares recorridos infinidad de veces. Muchas horas de dedicación... Mis incontables sesiones de esquí en el Tobazo, los primeros sudores de escalada en las Piedras Rojas o en las tirolinas del Puente del Ruso, los recorridos por Rioseta... Por algún tramo hay que avanzar con sumo cuidado y fijarse bien donde se ponen los pies, porque a la dificultad propia de un sendero de montaña hay que añadir que el suelo está todavía cubierto de escarcha y cualquier mal apoyo puede provocar un resbalón o una caida.
 

Rodeado de un maravilloso paisaje de montaña, voy dejando atrás el Fuerte de Col de Ladrones y la Torre de Fusilería, construcciones que antaño defendían el territorio de posibles invasiones, y pronto llegaré a la Estación de Canfranc, inaugurada en 1928 por Alfonso XIII y donde en su día se rodó alguna escena de la película Doctor Zhivago. Se suceden los pequeños arroyos y  los indicadores de multitud de rutas de montaña que surcan la zona, pero las flechas amarillas siempre indican el camino correcto.


Salvo un par de peregrinos que salieron del albergue casi al mismo tiempo que yo y que pronto perdí de vista, no me topé absolutamente con nadie en todo el recorrido.  Me gusta caminar en esta soledad. Intento marchar al ritmo que había previsto en mis entrenamientos, pero por ahora me lo impide la dificultad propia del terreno. Siguiendo el cauce del Río Aragón se sobrepasa Canfranc, al que de su carácter de pueblo pirenaico le queda poco más que su iglesia, ya que está invadido por las nuevas urbanizaciones que ha traído el turismo de montaña.













Después de Villanúa las pendientes se suavizan hasta casi desaparecer, y el paisaje nos deja la Collarada como recuerdo de las altas cumbres dejadas atrás. El Camino circula por el mismo valle que la carretera y la vía del ferrocarril, con las que coincide en varias ocasiones, y ya sin el frío de las primeras horas tengo la oportunidad de contemplar agradables  paisajes y algún rebaño de ovejas. La llegada al pueblo de Castiello me vuelve a recordar que existen las cuestas empinadas.




Después de alcanzada la ubicación del desaparecido Árbol de la Salud, sustituido hoy en día por un castaño de indias, a las 14.10 h. y  por la Avenida de Francia entré en Jaca, primera cabecera del antiguo Reino de Aragón, después de haber recorrido 31 Km. evocadores. Me encontré con casi todo cerrado (es lunes, hora de comer,  y el albergue no abre hasta las 16.00 h.),  las calles están casi desiertas, rara condición en una ciudad tan bulliciosa, pero pronto encontré un buen lugar para poder comer. 
 












El albergue es francamente bueno, situado en un lateral del que fue en su día Hospital Militar de Jaca, en un pequeño callejón hacia el final de la Calle Mayor, cuenta con unas instalaciones completamente nuevas y con acceso libre y gratuito a internet. Una vez aposentado, duchado y con las tareas terminadas, a media tarde recibo una noticia alarmante: Se acaba de  presentar "el monstruo de los mares". Sí, aunque un poco tarde, también ha llegado hasta Jaca. Ya ha habido murmullos y hasta alguna queja ante la hospitalera responsable del albergue por parte de alguno de los peregrinos que han sufrido sus bestiales ronquidos la noche anterior. Veremos como evoluciona el asunto. ¿Habrá que emprender una nueva huida?


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ETAPA 0: El Traslado - SUMUM PORTUS

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Domingo 26 de Septiembre de 2010: El Traslado

Comentario del día: Si les decimos a los medievales que en el Siglo XXI ciertos individuos se iban a desplazar 900 Km en coche para dedicar sus esfuerzos en regresar a pie al punto de partida ¿Qué pensarían? ... Que hay mucho "colgado" por ahí suelto ... ¡Pues eso!

Puerto de Somport (Sumum Portus), 1.640 m. de altitud: 1ºC de temperatura en el exterior. Albergue Aysa, dormitorio Las Hayas: Calefacción y calor asfixiante. A las 22.30 h. estábamos los cinco ocupantes del dormitorio metidos en el saco, en silencio y con la luz apagada (yo pensaba relajadamente que en ese momento todavía no tenía ningún sueño) cuando surgió un monstruo de la más profunda oscuridad. Se manifestó de repente, surgiendo del silencio más absoluto, con un violento quejido lastimero seguido de varios ronquidos que más parecían los estertores de un elefante en celo y, repitiendo el mismo ritual varias veces, nos puso a todos en guardia... Otra vez apnea, quejido lastimero, ronquidos atronadores... Ya parará, pensábamos confiados...

Al cuarto de hora de rotas las hostilidades decidí rebuscar en la mochila los tapones antirronquidos que había preparado para la ocasión, pero demostraron ser totalmente inútiles ante semejante nivel de decibelios. El resto de ocupantes del dormitorio parecían totalmente acomplejados, nadie reaccionaba ante tamaña agresión... Ya se cambiará de posición, seguían pensando confiados...

Cuando la duración del ataque se acercaba a la hora y media, ya sólo tenía una idea en la cabeza... ¡Huir, huir, huir...! Hacia las escaleras, hacia el baño, hacia la sala de estar... ¡En cualquier sitio menos en ese infierno! Cogí mi saco de dormir y, a oscuras, me fui a investigar por todo el albergue: ¡Tiene que haber alguna habitación vacía con camas libres!, pensé. Sala Anayet... Cerrada. Sala El Aspe... Cerrada... Sin darme por vencido seguí recorriendo los pasillos a tientas y, cuando había perdido toda esperanza, me percaté de que al fondo había una puerta abierta... La sala Midi D´Ossau estaba ocupada pero ¡Tenía una cama libre! ¡Mi salvación! Además, en su interior la temperatura era bastante agradable, un puntito fría... Era mi oportunidad y allí me trasladé con armas y bagajes.

Al cabo de un rato de haberme aposentado, el frío se hacía más intenso, casi cortante... ¡La ventana está abierta! ¡Pero si en el exterior debemos de estar ya a bajo cero! Aguanté un rato más hasta que me levanté a cerrarla con sumo cuidado de no hacer ruido. Nadie esbozó ni un solo gesto. Todos dormían... Me quedé plácidamente traspuesto un rato hasta que de nuevo sentí que el frío me cruzaba la cara... ¡La ventana estaba otra vez abierta! Fui a buscar una manta, la eché por encima del saco y me cubrí "hasta las cejas" con todo lo que pude. Entre esto y los monstruos salidos de las profundidades abisales ¡Bendito sea el aire puro y la paz que reina en las altas montañas! Y dormí...

¡Si es que hay mucho colgado suelto por estos lares!

Nota: Mi agradecimiento a Carlos y Aurora por haberse prestado a llevarme al lugar que elegí para iniciar el camino. Si no hubiera sido así tendría que haberme buscado la vida de una forma algo más complicada.



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viernes, 24 de septiembre de 2010

PREPARANDO EL EQUIPO

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Para preparar el equipo con el que voy a hacer el Camino de Santiago a pie, el criterio que he seguido es el de llevar el mínimo imprescindible sobre la espalda, apoyándome todo lo posible en la red de albergues y en el resto de servicios al peregrino que se encuentran a lo largo del itinerario. De esta manera elimino todo lo relacionado con la alimentación (*). Entre los elementos más importantes del equipo destacaría el calzado (que ha de estar suficientemente probado antes) y la mochila (a ser posible, bien acolchada y con la espalda ventilada, para evitar los efectos del sudor). En cuanto al material textil, mi preferencia es por las prendas deportivas que faciliten la transpiración, de poco peso y de secado rápido.  A mi juicio, las mejores épocas para caminar son el final de la primavera o el principio del otoño, en las que, aunque con el inevitable riesgo de lluvias, es de esperar que las temperaturas sean suaves.

Para caminar:

- Mochila (no muy grande, de 30-35 litros.) con funda para la lluvia.
- Cantimplora o bidón con agua.
- Botas o zapatillas de trekking.
- Pantalón cómodo para andar (largo o corto), más un recambio.
- Camiseta fina de manga larga con cuello, más un recambio.
- Calcetines más recambios.
- Calzoncillo más recambios.
- Gorra con visera, gafas de sol y bastón.
- Recomendable: Chubasquero impermeable y transpirable (para la lluvia) y camiseta térmica  y guantes (para el frío), crema solar y protector labial.

Para descansar:

- Pantalón largo ligero (tipo chandall).
- Sudadera y camiseta de manga larga.
- Deportivas cómodas
- Saco de dormir (Ultralight para 10ºC)
- Tapones para los oídos (antirronquidos)

Para el aseo personal:

- Toalla pequeña de microfibra.
- Chanclas de ducha.
- Gel, desodorante, cepillo y pasta de dientes, cuchilla de afeitar, cortaúñas.
- Detergente, pinzas y cuerda para la ropa.
- Recomendable: Botiquín con tijeritas, esparadrapo, tiritas, compeed ampollas, medicamentos (del tipo antiinflamatorios, analgésicos, antihistamínicos...)

Accesorios:

- Teléfono móvil con cargador de batería.
- Cámara de fotos con cargador de batería y tarjetas de memoria.
- Pequeña linterna o frontal
- Guía para el camino (ruta, albergues...)
- Papel y bolígrafo.
- Pañuelos de papel, navaja, aguja e hilo, imperdibles, bolsas de plástico.
- Recomendable: un pequeño bolso de mano para la cosas de valor.

Imprescindible:

- Credencial del peregrino.
- Cartera con DNI, dinero, tarjeta de crédito y tarjeta sanitaria.
- Llaves de casa.


Para evitar sorpresas desagradables, además de llevar funda cubremochila para la lluvia  es recomendable llevar impermeabilizado todo lo que va en  la mochila dentro de bolsas plásticas resistentes, así como comprobar que va todo bien acomodado en las jornadas de entrenamiento previas. Con todo esto me sale un equipaje que pesa poco más de 8 Kg (*).

Nota: En gran parte de su recorrido hasta llegar a Galicia, la Vía de la Plata presenta zonas despobladas muy amplias en las que no es posible aprovisionarse, lo que obliga a llevar encima la comida y bebida necesarias para superar cada etapa. Si el tiempo es caluroso, recomendaría llevar encima un mínimo de dos litros de bebida, y reponer siempre que sea posible para evitar deshidrataciones. Esta circunstancia incrementa considerablemente el peso a cargar sobre los hombros.


- Para volver al índice del Camino Francés (por la ruta aragonesa), clicar AQUÍ
- Para volver al índice de la Vía de la Plata (por el camino de los mozárabes), clicar AQUI

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jueves, 23 de septiembre de 2010

OTRA VEZ EN MARCHA

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Pasada la sequía que me ha afectado severamente durante buena parte del verano, estoy de nuevo aquí, enfrascado ahora en los preparativos de mi próximo e inminente reto: recorrer de nuevo el Camino de Santiago. Pero esta vez lo haré caminando en solitario, a mi aire y sin prisas. Me quedé con ganas de hacerlo así después de haber disfrutado el año pasado con la aventura en bici de los 5 Juramentados.

Comenzaré en el Puerto de Somport, donde la provincia de Huesca hace frontera con Francia, para recorrer uno a uno los casi 900 Km. que me conducirán hasta la Plaza del Obradoiro. Iré ligero de equipaje y, sin ningún plan fijado de antemano, caminaré siguiendo la dirección que marcan las flechas amarillas con la intención de disfrutar de esta experiencia todo lo posible, aunque estoy convencido de que la prueba será física y mentalmente dura.

Cada vez que las circunstancias lo permitan apareceré por aquí para contar mis penas y mis alegrías, y para narrar las pequeñas hazañas de cada jornada. También estaré con el móvil permanentemente abierto por si alguien quiere transmitirme algún mensaje de ánimo, que será siempre bien recibido.

¡... Volveré...!


Ultreia et Suseia 


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domingo, 8 de agosto de 2010

COPA DEL REY DE TRIATLÓN

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Modalidad: Contrarreloj por Equipos

A Coruña, Domingo 8 de agosto de 2010


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